martes

Dejo la beca

Y tan contenta.

La beca no está cumpliendo su función ¿cómo no me voy a poder ir ya?... es simplemente burocracia frente a una vida personal que implica muchas más cosas que un simple movimiento de papeles que no influyen para nada en la vida de las otras personas.

Una beca implica dos aspectos diferentes: vida profesional y vida personal.
Implica también otro binomio: cumplir expectativas o seguir tu brujulita interna.

Ni bien ni mal... hay momentos en la vida para elegir una u otra opción. Elijamos lo que elijamos en uno u otro caso saldremos bien y mal parad@s según el juicio que emitamos sobre nosotr@s mism@s. Huir de un lugar que nos daña no tiene por qué ser un acto de cobardía, si no una muestra de valentía y amor propio -hacer lo que realmente queramos hacer a pesar de ciertos juicios ajenos-.

Para mí la  situación es insostenible: no hablar el idioma, no desarrollarme, saber que están hablando de mí, preguntar y que me digan "nada nada", pasarme las ocho horas de prácticas mirando muchas de las veces (tortura total).

Se genera mal rollo si contesto ante un insulto socarrón y una falta de respeto hacia mi persona. Se me exige (y lo peor, me exijo/cuestiono) si lo mejor para "todos" es dejarlo estar (qué bien nos ha enseñado la sociedad a las mujeres a preocuparnos más del entorno y de los demás que de nosotras mismas).

Me hacen ver día a día que estoy "en su territorio" (qué bien se ha perpetuado la idea del territorialismo).

Esa costumbre de "hago lo que quiero le pese a quien le pese, me manifiesto tal y como soy y donde esté y domino el entorno que alcanzo a ver. Categorizo y dispongo de los "elementos" que en el se encuentran, definidos por mi juicio. Tendrán que aceptar mi criterio o sufrir las consecuencias".

Discrepo: las situaciones se generan entre tod@s y el espacio es compartido por toda la gente que lo cohabita.

Yo he estado mucho tiempo "fascinada" por el mundo "masculino-berraco",  por el "poder" y falta de autocrítica y autocensura, por la "libertad" que eso suponía frente al "calla, analízate, cuestiónate, no le des importancia, no puedes, etc.", sintiéndome incómoda en mi piel de mujer, pero por fin le pongo nombres a las cosas y aprendo también a categorizar y ver que ese tipo de especímenes y actitudes lejos están de ser un modelo a imitar, ni la norma a acatar, ni el poder ante el que doblegarme y mucho menos sentir algún tipo de "admiración" por ellos.

Hace un tiempo he reconecté con mi esencia y me maravillé diciendo: me alegro mucho de ser mujer.




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